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Queridos hermanos sacerdotes,

Algunos de nuestros hermanos sacerdotes no celebran la misa cada día.
Encontrareis aquí algunos argumentos que me gustaría darles.

Aunque durante mucho tiempo, la Iglesia no ha hablado de la misa diaria, subrayó sin embargo recientemente que esta practica es excelente.

Para las mentalidades occidentales, entender los símbolos es algo difícil hoy en día. 
Pero los símbolos son de gran utilidad para entender las realidades espirituales.
Por lo tanto propongo el símbolo siguiente.
Se trata de la santificación del tiempo.
En la historia de nuestro mundo, contenida entre el Alfa y el Omega, hay una sola vía que conduce al mundo de Dios y es el sacrificio del Señor.
Pero el año simboliza la historia del mundo : tiene un comienzo y un fin, y una única celebración de la Pascua.
De la misma manera, el día, con la salida y la puesta del sol, es el símbolo del año así como de la historia del mundo: por consiguiente la celebración de la eucaristía debe ser cotidiana.

No obstante, hay gracias que no son dadas porque no son pedidas: “Pedid y recibiréis “ dice el Señor.
La misa se celebra  “para alabanza y gloria del Señor, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.”: Cuantos grandes progresos habría, si todo los sacerdotes repartidos por la tierra  celebrasen la misa cada día, para la Iglesia et la evangelización, para la paz y la salud del mundo.

Los sacerdotes tienen un poder inmenso con vistas al bien: ¿porque no utilizarlo?

Pero algunos dirán : “¿Y si estoy solo?”
En efecto muchos piensan que la celebración eucarística por un sacerdote solo no tiene sentido. Es verdad que durante mucho tiempo la Iglesia no quería que un sacerdote celebrase la misa solo, sin la presencia de nadie más. Pero hoy, esta disciplina ya no está sostenida.
En primer lugar, la facultad de celebrar de esta manera ha sido dada personalmente, por ejemplo al Beato Charles de Foucauld. En segundo lugar, ha sido otorgada a varios a la vez, como ocurrió para los capellanes militares.
Hoy, el código de derecho canónico, en su edición reciente, recuerda la antigua disposición (C. 906), pero añade que se permite a todos los sacerdotes celebrar la misa solo, de manera que puedan celebrarla diariamente. ( C. 904)
Esta disposición de la Iglesia ha sido confirmada este año. Por causa de la epidemia, la autoridad romana ha decidido permitir a los sacerdotes celebrar la misa sin pueblo el jueves de la semana santa (decreto del 25 de marzo) : se habla aquí de excepción, no porque seria prohibido los otros días, pero porque no está permitido este día.
¡Por consiguiente que nadie diga que carece de significado lo que la Iglesia permite o recomienda!

Entonces, queridos hermanos, animémonos mutuamente a celebrar la misa cada día, incluso estando solos, especialmente en nuestros tiempos calamitosos.

Notas :
c. 904 Los sacerdotes, teniendo siempre presente que en el misterio del Sacrificio eucarístico se realiza continuamente la obra de la redención, deben celebrarlo frecuentemente; es más, se recomienda encarecidamente la celebración diaria, la cual, aunque no pueda tenerse con asistencia de fieles, es una acción de Cristo y de la Iglesia, en cuya realización los sacerdotes cumplen su principal ministerio.
c. 906 Sin causa justa y razonable, no celebre el sacerdote el Sacrificio eucarístico sin la participación por lo menos de algún fiel.
Comentario de Angel Marzoa : Es evidente que existe una causa justa y razonable en el mero hecho de seguir la recomendación legitima del C.904 de la celebración diaria, cuando se habrá hecho todo lo posible para intentar tener la asistencia de un fiel y que no habrá sido posible a pesar de todo.
(Comentario preparado bajo la responsabilidad del Instituto Martin de Azpilcueta, edición francesa de Wilson et Lafleur Itée, Montreal 1999.)